martes, 29 de noviembre de 2011

POESIA EN MOVIMIENTO



NORTON

¡Como vuela la Norton victoriosa
ganadora del TT más legendario!
no la vence ni Bultaco ni la OSSA
ni Soler ni el Herrero temerario.

El bramar del motor por los caminos
pasando al indefenso contrincante
para mofa y befa de cretinos
que pensaban que podían ir delante.

¿Qué decir de la moto pionera
ante las multitudes vencedora?
pues que aún sigue siendo la primera.

Que con Peugeot con Manx o con Commando
con Cosworth, Dominator o rotativo
mil carreras en su historia fue ganando.

                                                  Angel de la Maza

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martes, 22 de noviembre de 2011

¿MOTOS CLÁSICAS DE MUSEO?

En los últimos veinte años la afición ha cambiado mucho, muchísimo, a la vez que el mundo que conocíamos mutaba también, a la misma velocidad o más, si cabe. Hubo un tiempo en el que existían fronteras con el resto de Europa – no hace tanto, poco más de una década – y en el que antes de salir debíamos proveernos de las famosas divisas (francos, marcos, libras, escudos ...). Traer motos, piezas, incluso libros resultaba toda una aventura, una espera angustiosa esperando que el “vista” de la aduana – un señor encargado de ver lo que entraba, y valorarlo – diera por buena nuestra versión, y no le diera por escarbar entre las cosas, o poner en duda que aquello que traíamos en la maleta era poco más que chatarra.
    En aquellos tiempos lo más ansiado, lo que los pocos aficionados que pupulaban por este país reclamaban eran motos muy antiguas, fabricadas en las dos primeras décadas del Siglo XX, e incluso, si era posible, antes. Las antiguas Triumph o AJS, o más habitualmente Alcyon, Peugeot, Werner, Automoto ... eran el objeto de deseo más codiciado. Por supuesto, las Brougth – Superior y demás “delicatessen” eran piezas de sueño de hadas, prácticamente inalcanzables salvo para uno o dos “elegidos”.
    Quizá lo que más sorprenda a los que se han incorporado más recientemente, y encuentran “antigua” su KZ o su Bonneville es que la mayoría de las veces, esas motos que se traían arriesgándose a pasar por el calabozo – literalmente – o las que se rescataban de viejos pajares y garajes, en muchos casos tenían como fin el uso y disfrute, y no su exposición encima del piano. No resultaba tan raro que Eduardo Steinko con su Indian Power Plus se hiciera íntegro el Rally Madrid – Benidorm – Madrid, o que Jaume Soler, a lomos de su Triumph H, salvara la enorme distancia que separa Tarrasa de Madrid. Aparte de estas “hazañas”, las veteranas petardeaban a menudo por las carreteras secundarias de los pueblos o pequeñas ciudades en las que habitaban sus propietarios, haciendo pequeños recorridos en solitario en los que uno podía sentirse, durante un ratito, como los viejos pioneros.
    Hoy esas motos no suelen encontrar otro empleo que el de objeto decorativo. Pocos son los “valientes” que se atreven a ponerlas en marcha y rodar con ellas, aunque sea durante unos minutos. Es cierto que antes jugábamos con la ventaja de un tráfico escaso y prudente, pero no es menos cierto que antes había menos y peores carreteras, y que hoy, con la construcción de grandes autovías, muchas antiguas nacionales y comarcales han quedado casi vacías, esperando que alguien holle su impoluto asfalto.
    Los ingleses y franceses, con aficiones más consolidadas y experimentadas, han resuelto este problema con salidas programadas para las veteranas, aprovechando a menudo estas solitarias carreteras. Aquí algunos “osados”, como los “Fanatics”, han empezado a poner en marcha iniciativas de este tipo, para rescatar a las viejas glorias de encima de los pianos. Y desde estas líneas me gustaría animar a organizadores de toda la Península a secundar la iniciativa. Los comienzos, como en todo, no serán fáciles, pero estoy seguro que a la larga se consolidarán y resultarán un éxito. Y con ello además tal vez se consiga el salto generacional que tanto echan de menos los viejos aficionados, y que resulta imprescindible por el bien de la afición y del patrimonio que custodiamos. Es hora, ya, de sacar a las veteranas de los museos.
por Ángel de la Maza www.motociclismoclasico.com