lunes, 12 de marzo de 2012

RECUERDOS MOTOCICLISTAS

Que me perdonen los puristas de las motos nacionales –o no-, pero cuando yo empecé a distinguir las motos que me gustaban, me di cuenta que venían de Inglaterra, y que parecían ser las mejores motos del mundo, y si no, las más maravillosas…
Y que me sigan perdonando mi osadía, pero tampoco sentía atracción ni por las motos de campo ni las motos de dos tiempos… Sin embargo me quedaba extasiado ante una 24 Horas, o hipnotizado frente a una revista –la unica-, en las secciones de Internacional, viendo las carreras del AMA, o las gestas de los pilotos del campeonato Anglo-Americano: Dave Aldana,  Gary Nixon, Gene Romero, Percy Tait, Paul Smart, que ya ganaba con la Trident lo suyo, antes de vencer las 200 millas de Monza con Ducati. Pero ya se sabe, los italianos para vender un producto se las pintan solos.… Como dice un viejo amigo poco ducatero: “Para una vez que Ducati gana algo, lo está exprimiendo durante 35 años”. Bueno, tampoco es del todo justo.
También andaban con las tricilíndricas Mike Haillwood o Phil Read, que disputaban los campeonatos autóctonos. Seguir las incidencias de esas carreras con las recien nacidas Triumph y BSA tricilíndricas, realmente ocupaba una buena parte de mi tiempo.
El caso es que a mí nadie me había influido en ese pensamiento, pero por entonces me parecían las más increíbles motocicletas de competición… sin comparación si quiera con las Hondas Four, unas perfectas e inalcanzables motos de calle, pero que en competición no llegaban a las Triumph “ni a la suela de los zapatos”…
Pero por estas tierras, las motos inglesas ya se habían asentado sobre una injusta montaña de mala fama en beneficio de las motos nacionales. Algo incomprensible, aunque no fuese más que por el diseño y el número de piezas.
Tras el tiempo transcurrido, las motos nacionales siguen teniendo un interés desmedido, y no por el interés en sí, sino por su cotización, que ni siquiera es equiparable a las mejores motos mundiales. Posiblemente sea lo mas parecido a la construcción en los últimos años. Todo el mundo ha querido ser propietario…de una moto española, y lo peor, a cualquier precio.
La verdad es que desde hace muchos años no he dejado de tener una moto británica de uso diario, salvo cortos periodos de reposo, aunque eso no me da autoridad para decidir lo que es bueno o lo que es mejor.
No deja de ser curioso que a estas alturas aún se opine que las motos británicas no son fiables, que tiren aceite o que arrancan mal. Mucho me temo que para muchos mecánicos de antaño, como la fábula de la zorra y las uvas, las motos inglesas “no estaban maduras”, haciendo el resto del trabajo sucio las medidas en pulgadas de tornillos y retenes. De cualquier manera también es cierto que una Triumph del 79 ya estaba a años luz de una Kawasaki del mismo año…
En este tiempo de nostalgia, muchas han sido las marcas que se han introducido en el márqueting- revival de las motos exclusivas, como Triumph, Ducati, H-D, Morini, BMW o Guzzi, aparte de las motos japonesas a las que no se les puede sacar ni un solo defecto, ni siquiera en precio. Por fortuna todas son de una excelente calidad, aunque no sabemos cual de todas superará el listón de la historia para hacerse codiciadas.
Pero en el futuro, cuando nuestros nietos disfruten de las viejas motos, si es que les da por ahí, posiblemente véan las motos británicas como las del diseño exquisito, las alemanas indestructibles, las italianas rabiosas y las españolas… las españolas que se vendieron en la época del ladrillo, desmesuradamente caras.
Lo curioso es que los más importantes fabricantes de nuestro país, Bultó, Permanyer o Giró se inspiraron y admiraron el motociclismo británico, el mejor de la época, para llevar a cabo la hazaña de fabricar motos. Su mérito tuvieron. Pero a Dios lo que es de Dios  y al Cesar lo que es del Cesar.
Por Ángel de la Maza
www.motociclismoclasico.com